QUE NADIE SE ATREVA A PROFANAR MIS REINOS.

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FRUTOS MUSICALES


Parte de su profesionalismo consiste en no contar lo que sabe. En no dar detalles de cómo Shakira nadó con los delfines de un hotel las tres veces que vino, o en no revelar qué músico pedía cuatro botellas de tequila de US$ 600. Así es Milagros Mejía, cabeza de la empresa de relaciones públicas Mejía Valencia Velit, MVV Asociados. Dice que lo aprendió en Disney Enterprises, y en sus cursos y talleres de PR (public relationships) en el extranjero. Su política es no tomarse fotos con los artistas. Solo tiene algunos discos autografiados por iniciativa de Jorge Drexler, su músico favorito. No cree que estemos en pleno boom de conciertos. Aún hay un débil mercado interno y un déficit de escenarios (la explanada del Estadio Monumental quedará inhabilitada en unos meses). Pero con una empresa con más de quince años liderando el mercado, es comprensible su optimismo: ha visto de todo. Ha recibido un obsequio del sorprendentemente humilde Plácido Domingo. Ha visto a Sabina, Arjona y Cerati, por separado.

Vio la prensa de Soda, Metallica, Moby, Guns 'n' Roses, Jonas Brothers, Iron Maiden, Cerati y Megadeth.

Esperó a un Charly García con doce horas de retraso, en su cama, componiendo en su computadora e improvisando un recital para periodistas. Ha complacido los caprichos de Thalía y esperado a Rick Wakeman hasta las 2 AM. Ha sobrevivido a las cancelaciones de Michael Jackson y Rod Stewart.

Dede su primer evento, un concierto de The Sacados a fines de los ochenta, cuenta más de veinte años de experiencia y casi 500 conciertos (a un ritmo actual de 12 por mes). Pero el evento más importante de su vida fue el nacimiento de su hijo Nicolás, quien quizá gracias a tanta música en el vientre posee oído absoluto. Se vienen más conciertos.

REVISTA CARETAS
LIMA-PERU
15 DE MAYO, 2010